miércoles, 17 de marzo de 2021

 

COMUNICACIÓN Y MEDIOS

MARZO 2021

Prof. Valeria Bálsamo

3°3 CENS 453

Contenidos centrales de la materia:

      Diferentes concepciones en torno a la comunicación

      Comunicación y manipulación.

      Comunicación y poder.

      Los medios masivos. Características, géneros, lenguaje.

      Situación actual y perspectiva futura

 

UNIDAD 1:

La comunicación como fenómeno social

Fecha de entrega máxima: 31/3/2021

Actividad N°1

Después de leer la selección de página previstas por la docente del módulo “Introducción a la comunicación”, del Prof. Claudio Álvarez Terán, resolver:

      ¿Qué se entiende por Comunicación? Haga referencia a la figura del OTRO.

      Explique las dos dimensiones de la comunicación: normativa y funcional.

      Defina y caracterice al ecosistema comunicativo.

      ¿Qué son las mediaciones? Brinde ejemplos.

      ¿Por qué se considera al hombre como un animal simbólico?

      Utilizando sus saberes previos, describa cómo es el esquema básico de la comunicación y cuáles son sus elementos constitutivos.

 

MATERIAL DE LECTURA


Unidad I

Unidad I

LA COMUNICACIÓN Y EL SIGLO XXI

Claudio Alvarez Terán

Definiciones del Concepto de Comunicación

 

La Comunicación ya ha sido un concepto trascendente durante el siglo XX, pero se ha transformado en un factor consustancial del siglo XXI.

Esa trascendencia particular se sostiene en el hecho de que en todo proceso de comunicación está presente la figura del OTRO y el Otro por su presencia, incluso por su ausencia, o más aún por su omnipresencia, es el protagonista del siglo XXI.

“El problema del OTRO es el tema de la Comunicación” es una afirmación central sobre esta cuestión y debe ser comprendida en tanto es la problemática que enfrenta la Comunicación en cuanto disciplina científica, apoyándonos en la frase del escritor francés Frantz Fanon, “hablar es existir absolutamente para el OTRO”. Y es un problema que necesitamos analizar ya que es difícil encontrar un equilibrio en la relación con el Otro. Si el Otro está demasiado cerca se vuelve inquietante y suele provocar una sensación de rechazo, pero si el Otro está demasiado lejos la diferencia se vuelve infranqueable.

Cuanto mayor es la presencia del OTRO, hoy en día omnipresente sobre todo por lamultiplicación de los intercambios que propone la tecnología y la hipervisualización que generan los medios de comunicación, más importante resulta conocer las reglas de la comunicación y sus estrategias.

Pero ya sea a través de medios electrónicos o relaciones interpersonales no hay que perder de vista que no existe comunicación sin malentendidos, sin ambigüedades, sin pérdidas de tiempo, sin la aparición de significados inesperados, en definitiva, sin el fracaso de comunicar; no existe comunicación sin la posibilidad de que la comunicación fracase.

Pero, ¿qué es comunicación?

Comunicación es una palabra polisémica, es decir de múltiples significados, típica característica de conceptos que resultan amplios y abarcativos, donde nadie queda fuera, donde todos estamos involucrados. Podríamos comenzar a plantear su significado en base a la idea de que la comunicación es nuestra atmósfera, vivimos en un verdadero “ecosistema comunicativo” donde todo lo que nos rodea son signos.

 

1 Basado en “Pensar la Comunicación”, de Dominique Wolton.

 

La definición básica de comunicación pertenece al siglo XII, proviene del latín, y responde a la idea de comunión, de "Tener en Común", porque la comunicación es antes que nada un fenómeno normativo, interpersonal y de intercambio con el Otro. No es posible una vida individual y colectiva sin comunicación.

En el siglo XVI se presenta un segundo significado del concepto “comunicación”, que se interpreta como transmisión o difusión. Este significado está ligado al desarrollo de las técnicas, que aparecen para “comunicarse mejor”. Esta perspectiva en nuestro tiempo ha adoptado la forma de los intereses políticos y económicos, para los cuales la comunicación es una herramienta facilitadora del desarrollo social y económico de una comunidad, surgiendo la dimensión funcional de la comunicación.

La Comunicación construye a los seres humanos, partiendo de su socialización, de la transmisión de cultura, valores y creencias, por medio de la familia y del aprendizaje en la escuela y, últimamente, a través de un nuevo protagonista de esta transmisión de cultura que son los medios de comunicación.

Más allá de las diversas ópticas que registra la definición de la comunicación, todas ellas confluyen en el concepto de interacción.

La doble dimensión de la Comunicación

Como hemos expresado al definirla la Comunicación tiene una doble dimensión, su dimensión normativa o humanista y su dimensión funcional o instrumental; es decir, la comunicación como impulso para el crecimiento del individuo y la comunicación como herramienta socio-económica.

La dimensión normativa corresponde al sentido de compartir, es el ideal de la comunicación de intercambiar y de comprenderse. Toda comunicación supone la existencia de reglas y de códigos para comunicarse, de normativas

Nadie nace “sabiendo comunicarse”, es un aprendizaje que constituye la transmisión de

esas normas, y de esa cuestión se ocuparán la familia y la educación en el proceso de socialización de las personas, en definitiva, lo Normativo hace de la comunicación una práctica cultural que permite la continuidad de una sociedad. Debemos entender la cultura

 

2

Definimos lo “natural” como aquello que es dado por nuestra naturaleza humana, caminar por ejemplo.

Todas nuestras conductas que no son naturales son culturales, es decir aprendidas dentro de nuestra sociedad, andar en bicicleta por ejemplo.

Como la forma de vida de un grupo social, el desarrollo intermedio entre la absoluta singularidad de cada uno y los aspectos universales del ser humano que compartimos todos, es decir, aspectos compartidos en base a elementos políticos, económicos y sociales que establecen ciertas formas de ser y estar en el mundo, cierto modo de vivir.

 

La dimensión normativa es el cómo de la comunicación.

La dimensión funcional de la comunicación responde a la necesidad de comunicarse que tienen las economías y las sociedades, tanto para los intercambios de bienes y servicios, como para los flujos financieros y administrativos. Aquí las reglas tienen aún más importancia que en la dimensión interpersonal ya que no persigue el solo objetivo de intercomprensión sino un interés o una necesidad específica que se verifica en la eficacia del contacto. La posibilidad de que una correcta comunicación permita avanzar al sistema productivo o a la organización administrativa de una sociedad. La comunicación es en esta dimensión una función destinada a darle eficacia al accionar social, a que las personas intercambien mensajes para el quehacer de su vida cotidiana. Es el para qué de la comunicación.

La Comunicación tiene en definitiva una doble hélice que la impulsa, esta doble hélice se compone por aspectos normativos y funcionales.

El Ecosistema Comunicativo

La comunicación es una red de interacciones y relaciones simbólicas entre las personas

que afecta a todos los comportamientos que se dan en la vida institucional y cotidiana.

3. Es por ello que diariamente convivimos inmersos en el fenómeno comunicacional de manera casi permanente, sea cual sea el espacio que en algún momento del día ocupemos para nuestras acciones.

A este espacio general le llamaremos Ecosistema Comunicativo, es decir el ambiente en que desarrollamos nuestra vida, y que se encuentra atravesado por la comunicación,

en donde la tecnología ocupa un lugar muy importante por supuesto, pero el ecosistema comunicativo no es simplemente vivir rodeados de tecnología..

Dado que la tecnología es un elemento sustancial a la hora de analizar la comunicación

de nuestros días, es conveniente definir a qué nos referimos cuando hablamos de

Tecnología puesto que no se trata exclusivamente de máquinas y dispositivos, sino

también de la manera en que esas máquinas y dispositivos nos revelan la realidad en la

que vivimos, es decir, la tecnología del siglo XXI no son solo computadoras, robots,

 

3 Barbero, Jesús. Cultura/Tecnicidades/Comunicación. En Tres espacios lingüísticos ante los desafíos de la mundialización: Actas del Coloquio Internacional, París, 20 y 21 de marzo de 2001

 

Internet y celulares, sino su impacto en nuestra forma de vivir en una realidad en la que la computación y los avances en comunicación son parte ineludible de la actualidad.

Por ejemplo, si hablamos de tecnología mencionamos a los teléfonos celulares, pero el concepto no se agota en el elemento técnico “celular”, sino que incluye el impacto que

tiene en nuestra idea sobre el tiempo, sobre las relaciones con nuestros amigos y

familiares, sobre el trabajo, sobre las imágenes, sobre nuestra tendencia a fotografiar y

fotografiarnos, etc.

Volviendo al tema, la definición básica de ecosistema es la de “una comunidad de seres

vivos cuyos procesos vitales se relacionan entre sí y se desarrollan en torno a un mismo

ambiente”. Por ello el concepto de ecosistema es aplicable a la comunicación ya que toda

nuestra vida y nuestras relaciones transcurren en función de un entorno en el que la

comunicación (incluidas sus expresiones tecnológicas) está presente como si se tratase

de un ambiente natural.

Obviamente lo de ambiente natural es una metáfora, ya que el ecosistema comunicativo

no es fruto de la naturaleza sino de un entorno generado en base a las dimensiones

normativa y funcional de la comunicación, es decir, es obra de las sociedades,

comunicarse es una práctica cultural.

Si el ecosistema comunicativo fuera un ambiente natural supondríamos que lo que nos

rodea y atraviesa lo hace más allá de nuestra voluntad, que nos comunicamos más allá

de nuestros deseos, y que los dispositivos y las herramientas comunicativas no son fruto

de la creatividad humana, o que las normas de comunicación siempre han estado allí, y

esto no es así.

La comunicación está presente en el hogar, en la escuela, en los centros comerciales, en

las oficinas, en las fábricas, en los espacios de ocio, en el espacio público, a nivel

personal, a nivel local, a nivel regional y a nivel global, ningún espacio ni ningún momento

escapa al fenómeno comunicativo, estamos rodeados de comunicación.

Pero como vivimos en un entorno cultural, un marco de relaciones que es una creación

humana, todas nuestras relaciones con la realidad no se dan de manera directa sino que

entre nosotros y las circunstancias existen influencias, factores que inciden en nuestra

mirada y comprensión de las cosas, prácticas culturales que nos significan, nos expresan,

a todos esos factores les llamaremos mediaciones.

Las mediaciones son variadísimas: comunican al sujeto con un objeto, a sujetos entre sí,

al adentro y el afuera, a lo sagrado y lo profano, a lo ocurrido y lo posible, al ayer y el

mañana. Sin mediaciones comunicativas el ser humano estaría incapacitado de

comprender y transformar su realidad. Y esas mediaciones están dadas por signos y

técnicas que componen la cultura: herramientas, convenciones, imágenes, clase social,

escrituras, rituales, cultos, relojes, medidas, espejos, leyes, dioses, miedos, memoria,

esperanza, instituciones.

Me comunico con alguien por medio de palabras o gestos, me informo por medio de la

televisión o la radio, mi rol en la escuela se da por medio de normas, me relaciono con

mis amigos por medio del celular, me comunico con dios por medio de un ritual, me

contacto con el tiempo por medio del reloj, puedo saber si estoy lejos o cerca por medio

del sistema métrico, me relaciono con mi aspecto externo por medio del espejo, me

relaciono con mi aspecto interno por medio de un ejercicio de meditación, me comporto

en sociedad por medio de leyes, recuerdo a mis ancestros por medio de la memoria, me

vinculo con el futuro por medio de la esperanza, me curo por medio de la medicina,

entiendo la realidad por medio de mi marco de ideas, construyo mi marco de ideas por

medio de mis experiencias y mi familia, tomo decisiones de consumo por medio de mis

amigos, establezco relaciones de poder por medio de mi posición socio-económica, me

emociono ante una obra de arte por medio de mi sensibilidad, me vinculo con el arte por

medio del lugar donde vivo, y así hasta el infinito.

Básicamente existen dos tipos de mediaciones, las llamadas innatas y las históricas.

Las mediaciones innatas son las que no están sometidas a cambios sino que acompañan a la totalidad de los humanos desde siempre, por ejemplo: capacidad simbólica, facultad lingüística, el juego, la imaginación, la percepción del tiempo y el espacio, el imaginario colectivo,  la memoria, la narración, la esperanza, lo sagrado, lo trascendente, la socialización.

Las mediaciones históricas son las generadas por la cultura, dependen del tiempo y el

espacio geográfico de cada sociedad y están condicionadas por las mediaciones innatas.

Aquí encontramos a las tecnologías como la escritura, el libro, la imprenta, la televisión,

Internet, los géneros, convenciones icónicas (visuales), estilos. El hombre es un hacedor

de tecnologías (mediadores), es un Homo Faber permanente, y la comunicación es una

práctica atravesada desde siempre y de manera sostenida por dispositivos, desde la

escritura a la campana, de la imprenta a la computadora.

Este Ecosistema Comunicativo cuenta actualmente con la clara hegemonía de la

comunicación visual (comunicación icónica) por sobre la comunicación tipográfica

(comunicación escrita); porque nuestras experiencias hoy se ligan claramente más a una

imagen que a una palabra.

 

4

Duch, L. y Chillon, A., Un Ser de Mediaciones. Antropología de la Comunicación Vol. I. Ed. Herder, Madrid, 2012.

5 El concepto de “imaginario” es utilizado en ciencias sociales para indicar la mentalidad, la cosmovisión o la conciencia de un hombre o de un conjunto de personas que comparten esa misma forma de mirar la realidad.

 

La existencia de este Ecosistema Comunicativo hace que debamos concebir la vida

cotidiana como parte de una cultura comunicacional, incluyendo todo lo que realizamos

diariamente ya sea como individuos o como parte de una sociedad.

Como manifiesta el sociólogo español Manuel Castells, lo que está cambiando en nuestro

tiempo es la capacidad de utilizar productivamente, en base al avance tecnológico, lo que

siempre ha sido la cualidad distintiva del ser humano: el procesar símbolos.

Procesar símbolos es lo que esencialmente hace cualquier ser humano cuando habla,

cuando piensa, cuando escribe, cuando diseña, cuando mira televisión, cuando juega,

cuando sueña y en casi todas sus actividades cotidianas, vivimos procesando símbolos,

somos animales simbólicos.

Lo que sucede en el siglo XXI es que esa capacidad de procesar símbolos ha sido

potenciada de modo exponencial por la tecnología y aplicada a la generación de riqueza a

partir del uso de las comunicaciones a distancia o de los aparatos cibernéticos. Así por

medio del procesamiento de información (símbolos) se hacen transacciones comerciales,

se producen bienes destinados al ocio y el entretenimiento, se robotizan las fábricas, se

ama, se intercambia, se interrelaciona todo el planeta.

Por esta razón es que la tecnología de la Comunicación debe ser entendida no como un

mero dispositivo para comunicarse sino en una nueva forma de percibir la realidad y

nuevo lenguaje, producto de nuevas sensibilidades y nuevas escrituras.

Este ecosistema comunicativo ha cambiado la cultura, estamos dentro de la Cultura de la

Imagen, un modo de vivir inmerso en un ecosistema de símbolos marcados por las

emisiones televisivas, por las películas de cine, por las filmaciones de video, por los

celulares, por los videojuegos, por los portales de internet, por la publicidad y el

marketing.

Cada vez más las fronteras entre saber e información, entre saber experto y experiencia

personal se van volviendo más tenues, más difusas, porque al compartir todos el mismo

ecosistema de comunicación las fuentes del conocimiento se van des-concentrando de su

centro escolar, se van dispersando, y hoy ya no solo en las entidades educativas es

posible aprender y no solamente la cultura del libro es la única legítima transmisora de

conocimientos.

El saber circula, no se estaciona en ningún instituto especialmente dedicado a su

protección, sino que se atreve a mezclarse con el mundo de la experiencia. Nunca en la

historia de la humanidad ha circulado tan libremente el conocimiento como en nuestro

tiempo, ya no se encuentra encerrado en lugares sagrados o establecidos para su

acceso. Ni la escuela es ya el único lugar del conocimiento ni los docentes los exclusivos

poseedores del saber.

 

En el siglo pasado la comunicación, entendida como transmisión de valores y de símbolos

para dar forma a un modo de vivir, tenía clara referencia en la familia y en la escuela; en

nuestro siglo se ha insertado un poderoso tercer protagonista: los medios de

comunicación tradicionales y las nuevas tecnologías.

Existe aquí un problema ya que la escuela, antes el centro exclusivo del conocimiento, y

la familia como transmisora de valores y socialización, hoy deben competir en ese

aspecto con el centro neurálgico del Ecosistema Comunicativo que son los medios de

comunicación, esencialmente los medios audiovisuales. En este marco la escuela debe

dejar esa tradicional actitud defensiva de considerarse atacada y por ende rechazar a los

medios y las tecnologías como “malos”, para encarar una nueva etapa de búsqueda de

inclusión e intercambio con esos otros saberes que ya han dejado de pertenecer solo a la

escuela sino que son parte del intercambio fluido de la comunicación en nuestra sociedad.

Otro factor de cambio de las nuevas sensibilidades que genera el Ecosistema

Comunicativo es que así como la escuela ha dejado de ser el exclusivo espacio del saber,

la escritura y el discurso lógico han dejado de ser la forma de comunicación más aceptada

en Occidente, la razón, plasmada en la escritura, ya no es el factor central de nuestras

formas de comunicación, con la aparición protagónica del mundo audiovisual las palabras

han comenzado a retroceder y la racionalidad comparte espacio con la emoción propia del

lenguaje de las imágenes.

Pero el encuentro y el entrelazamiento de palabras e imágenes en la comunicación de

nuestro tiempo en base a este Ecosistema Comunicativo, no solamente ha multiplicado y

hecha mas densa la red de informaciones y comunicaciones en base a la tecnología sino

que ha modificado las formas de sentir y entender el mundo, ha modificado las formas y

el fondo, ha transformado las visiones y las sensibilidades. Estamos frente a lo que Walter

Benjamin llamó nuevo sensorium, es decir nuevos modos de sentir y percibir la realidad,

de oír y de ver nuestro alrededor, que ha modificado el sensorium con el cual la

humanidad se manejó durante el siglo pasado.

Reflexionemos en base a la siguiente frase del sociólogo francés Marc Augé

“La verdad es que la imagen no es lo único que ha cambiado. Lo que ha cambiado, más

exactamente, son las condiciones de circulación entre lo imaginario individual (por

ejemplo, los sueños), lo imaginario colectivo (por ejemplo, el mito), y la ficción

(literaria o artística). Tal vez sean las maneras de viajar, de mirar, de encontrase las

que han cambiado, lo cual confirma la hipótesis según la cual la relación global de los

seres humanos con lo real se modifica por el efecto de representaciones asociadas con

las tecnologías, con la globalización y con la aceleración de la historia”.

Expliquemos esta frase.

 

El concepto de “imaginario” es utilizado en ciencias sociales para indicar la mentalidad, la

cosmovisión o la conciencia de un hombre o de un conjunto de personas que comparten

esa misma forma de mirar la realidad. El imaginario social es lo que mantiene unida a una

sociedad bajo una misma forma de pensar y sentir.

Uno de los componentes fundamentales del Imaginario Social son los mitos. Por ejemplo

el mito de que los jóvenes son revoltosos y rebeldes, o que las mujeres son más débiles

que los hombres o que los disciplinados son más estudiosos, o que el nosotros es más

valioso que el ellos. Al formar parte del imaginario social los mitos organizan el

comportamiento de los grupos, porque se consideran “naturales”, perdiéndose de vista

que ese imaginario, que esos mitos, son construcciones socioculturales. Por eso para

cambiar esos mitos del imaginario debe primero modificarse las prácticas sociales, y eso

es lo que ha pasado con los cambios operados en la comunicación y sus prácticas.

Si el imaginario es un conjunto de significaciones que permiten organizar la realidad y

hace que los miembros de una sociedad coincidan y acepten una serie de premisas

(mitos), ese imaginario afecta nuestras emociones y nuestros deseos.

Así sucede con nuestra visión del cuerpo. Hoy la visión colectiva, nuestro sensorium, en

relación al cuerpo se ha modificado, se ha ido aligerando en base a los cambios de las

prácticas sociales, a la ampliación de libertades, al avance de la superficialidad y el

predominio de lo visual. Del mismo modo ya no se sostiene la idea de que un “buen

estudiante” es un joven “disciplinado”, ya que el modelo de buen estudiante se vincula hoy

también con la creatividad y la sensibilidad.

Por eso al cambiar la práctica social de la comunicación se ha modificado el imaginario

social o personal y eso es lo que nos dice Augé, y es que en medio de este Ecosistema

Comunicativo marcado por la ruptura del monopolio de la palabra y de la racionalidad en

base a las novedades de la circulación de saberes y la imagen, se han modificado

también las formas personales y sociales de ver el presente y el futuro, los sueños

personales y los mitos sociales, las creaciones culturales, las formas de ver y de

vincularse entre los seres humanos. Lo que ha cambiado es mucho más que una forma

de comunicarse entre las personas, porque la centralidad del acto de comunicación en la

naturaleza humana es tan importante que hace que ese cambio represente una

transformación general de nuestro sensorium, de nuestra visión del mundo.


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