COMUNICACIÓN Y MEDIOS
MARZO 2021
Prof. Valeria Bálsamo
3°3 CENS 453
Contenidos centrales de la materia:
•
Diferentes concepciones en torno a la
comunicación
•
Comunicación y manipulación.
•
Comunicación y poder.
•
Los medios masivos. Características, géneros, lenguaje.
•
Situación actual y perspectiva futura
UNIDAD 1:
La comunicación como fenómeno social
Fecha de entrega máxima: 31/3/2021
Actividad N°1
Después de leer la selección de página
previstas por la docente del módulo “Introducción a la comunicación”, del Prof.
Claudio Álvarez Terán, resolver:
•
¿Qué se entiende por Comunicación? Haga
referencia a la figura del OTRO.
•
Explique las dos dimensiones de la
comunicación: normativa y funcional.
•
Defina y caracterice al ecosistema
comunicativo.
•
¿Qué son las mediaciones? Brinde ejemplos.
•
¿Por qué se considera al hombre como un animal
simbólico?
•
Utilizando sus saberes previos, describa cómo
es el esquema básico de la comunicación y cuáles son sus elementos
constitutivos.
Unidad I
Unidad I
LA COMUNICACIÓN Y EL SIGLO XXI
Claudio Alvarez Terán
Definiciones del Concepto de Comunicación
La Comunicación ya ha sido un
concepto trascendente durante el siglo XX, pero se ha transformado en un factor
consustancial del siglo XXI.
Esa trascendencia particular
se sostiene en el hecho de que en todo proceso de comunicación está presente la
figura del OTRO y el Otro por su presencia, incluso por su ausencia, o más aún
por su omnipresencia, es el protagonista del siglo XXI.
“El problema del OTRO es el
tema de la Comunicación” es una afirmación central sobre esta cuestión y debe
ser comprendida en tanto es la problemática que enfrenta la Comunicación en
cuanto disciplina científica, apoyándonos en la frase del escritor francés
Frantz Fanon, “hablar es existir absolutamente para el OTRO”. Y es un problema
que necesitamos analizar ya que es difícil encontrar un equilibrio en la
relación con el Otro. Si el Otro está demasiado cerca se vuelve inquietante y
suele provocar una sensación de rechazo, pero si el Otro está demasiado lejos
la diferencia se vuelve infranqueable.
Cuanto mayor es la presencia
del OTRO, hoy en día omnipresente sobre todo por lamultiplicación de los
intercambios que propone la tecnología y la hipervisualización que generan los
medios de comunicación, más importante resulta conocer las reglas de la comunicación
y sus estrategias.
Pero ya sea a través de medios
electrónicos o relaciones interpersonales no hay que perder de vista que no
existe comunicación sin malentendidos, sin ambigüedades, sin pérdidas de
tiempo, sin la aparición de significados inesperados, en definitiva, sin el fracaso
de comunicar; no existe comunicación sin la posibilidad de que la comunicación fracase.
Pero, ¿qué es comunicación?
Comunicación es una palabra
polisémica, es decir de múltiples significados, típica característica de
conceptos que resultan amplios y abarcativos, donde nadie queda fuera, donde
todos estamos involucrados. Podríamos comenzar a plantear su significado en
base a la idea de que la comunicación es nuestra atmósfera, vivimos en un
verdadero “ecosistema comunicativo” donde todo lo que nos rodea son signos.
1 Basado en “Pensar la Comunicación”, de Dominique Wolton.
La definición básica de
comunicación pertenece al siglo XII, proviene del latín, y responde a la idea
de comunión, de "Tener en Común", porque la comunicación es antes que
nada un fenómeno normativo, interpersonal y de intercambio con el Otro. No es
posible una vida individual y colectiva sin comunicación.
En el siglo XVI se presenta un
segundo significado del concepto “comunicación”, que se interpreta como
transmisión o difusión. Este significado está ligado al desarrollo de las técnicas,
que aparecen para “comunicarse mejor”. Esta perspectiva en nuestro tiempo ha
adoptado la forma de los intereses políticos y económicos, para los cuales la comunicación
es una herramienta facilitadora del desarrollo social y económico de una comunidad,
surgiendo la dimensión funcional de la comunicación.
La Comunicación construye a
los seres humanos, partiendo de su socialización, de la transmisión de cultura,
valores y creencias, por medio de la familia y del aprendizaje en la escuela y,
últimamente, a través de un nuevo protagonista de esta transmisión de cultura
que son los medios de comunicación.
Más allá de las diversas
ópticas que registra la definición de la comunicación, todas ellas confluyen en
el concepto de interacción.
La doble dimensión de la Comunicación
Como hemos expresado al
definirla la Comunicación tiene una doble dimensión, su dimensión normativa o
humanista y su dimensión funcional o instrumental; es decir, la comunicación
como impulso para el crecimiento del individuo y la comunicación como herramienta
socio-económica.
La dimensión normativa
corresponde al sentido de compartir, es el ideal de la comunicación de
intercambiar y de comprenderse. Toda comunicación supone la existencia de
reglas y de códigos para comunicarse, de normativas
Nadie nace “sabiendo
comunicarse”, es un aprendizaje que constituye la transmisión de
esas normas, y de esa cuestión
se ocuparán la familia y la educación en el proceso de socialización de las
personas, en definitiva, lo Normativo hace de la comunicación una práctica
cultural que permite la continuidad de una sociedad. Debemos entender la
cultura
2
Definimos lo “natural” como aquello que es dado por nuestra naturaleza
humana, caminar por ejemplo.
Todas nuestras conductas que no son naturales son culturales, es decir
aprendidas dentro de nuestra sociedad, andar en bicicleta por ejemplo.
Como la forma de vida de un grupo social, el desarrollo intermedio
entre la absoluta singularidad de cada uno y los aspectos universales del ser
humano que compartimos todos, es decir, aspectos compartidos en base a
elementos políticos, económicos y sociales que establecen ciertas formas de ser
y estar en el mundo, cierto modo de vivir.
La dimensión normativa es el
cómo de la comunicación.
La dimensión funcional de la
comunicación responde a la necesidad de comunicarse que tienen las economías y
las sociedades, tanto para los intercambios de bienes y servicios, como para
los flujos financieros y administrativos. Aquí las reglas tienen aún más
importancia que en la dimensión interpersonal ya que no persigue el solo objetivo
de intercomprensión sino un interés o una necesidad específica que se verifica
en la eficacia del contacto. La posibilidad de que una correcta comunicación
permita avanzar al sistema productivo o a la organización administrativa de una
sociedad. La comunicación es en esta dimensión una función destinada a darle
eficacia al accionar social, a que las personas intercambien mensajes para el
quehacer de su vida cotidiana. Es el para qué de la comunicación.
La Comunicación tiene en
definitiva una doble hélice que la impulsa, esta doble hélice se compone por
aspectos normativos y funcionales.
El Ecosistema Comunicativo
La comunicación es una red de
interacciones y relaciones simbólicas entre las personas
que afecta a todos los
comportamientos que se dan en la vida institucional y cotidiana.
3. Es por ello que diariamente
convivimos inmersos en el fenómeno comunicacional de manera casi permanente,
sea cual sea el espacio que en algún momento del día ocupemos para nuestras
acciones.
A este espacio general le
llamaremos Ecosistema Comunicativo, es decir el ambiente en que desarrollamos
nuestra vida, y que se encuentra atravesado por la comunicación,
en donde la tecnología ocupa
un lugar muy importante por supuesto, pero el ecosistema comunicativo no es
simplemente vivir rodeados de tecnología..
Dado que la tecnología es un
elemento sustancial a la hora de analizar la comunicación
de nuestros días, es
conveniente definir a qué nos referimos cuando hablamos de
Tecnología puesto que no se
trata exclusivamente de máquinas y dispositivos, sino
también de la manera en que
esas máquinas y dispositivos nos revelan la realidad en la
que vivimos, es decir, la
tecnología del siglo XXI no son solo computadoras, robots,
3 Barbero, Jesús. Cultura/Tecnicidades/Comunicación. En Tres espacios
lingüísticos ante los desafíos de la mundialización: Actas del Coloquio
Internacional, París, 20 y 21 de marzo de 2001
Internet y celulares, sino su
impacto en nuestra forma de vivir en una realidad en la que la computación y
los avances en comunicación son parte ineludible de la actualidad.
Por ejemplo, si hablamos de
tecnología mencionamos a los teléfonos celulares, pero el concepto no se agota
en el elemento técnico “celular”, sino que incluye el impacto que
tiene en nuestra idea sobre el
tiempo, sobre las relaciones con nuestros amigos y
familiares, sobre el trabajo,
sobre las imágenes, sobre nuestra tendencia a fotografiar y
fotografiarnos, etc.
Volviendo al tema, la
definición básica de ecosistema es la de “una comunidad de seres
vivos cuyos procesos vitales
se relacionan entre sí y se desarrollan en torno a un mismo
ambiente”. Por ello el
concepto de ecosistema es aplicable a la comunicación ya que toda
nuestra vida y nuestras
relaciones transcurren en función de un entorno en el que la
comunicación (incluidas sus
expresiones tecnológicas) está presente como si se tratase
de un ambiente natural.
Obviamente lo de ambiente natural
es una metáfora, ya que el ecosistema comunicativo
no es fruto de la naturaleza
sino de un entorno generado en base a las dimensiones
normativa y funcional de la
comunicación, es decir, es obra de las sociedades,
comunicarse es una práctica
cultural.
Si el ecosistema comunicativo
fuera un ambiente natural supondríamos que lo que nos
rodea y atraviesa lo hace más
allá de nuestra voluntad, que nos comunicamos más allá
de nuestros deseos, y que los
dispositivos y las herramientas comunicativas no son fruto
de la creatividad humana, o
que las normas de comunicación siempre han estado allí, y
esto no es así.
La comunicación está presente
en el hogar, en la escuela, en los centros comerciales, en
las oficinas, en las fábricas,
en los espacios de ocio, en el espacio público, a nivel
personal, a nivel local, a
nivel regional y a nivel global, ningún espacio ni ningún momento
escapa al fenómeno
comunicativo, estamos rodeados de comunicación.
Pero como vivimos en un
entorno cultural, un marco de relaciones que es una creación
humana, todas nuestras
relaciones con la realidad no se dan de manera directa sino que
entre nosotros y las
circunstancias existen influencias, factores que inciden en nuestra
mirada y comprensión de las
cosas, prácticas culturales que nos significan, nos expresan,
a todos esos factores les
llamaremos mediaciones.
Las mediaciones son
variadísimas: comunican al sujeto con un objeto, a sujetos entre sí,
al adentro y el afuera, a lo
sagrado y lo profano, a lo ocurrido y lo posible, al ayer y el
mañana. Sin mediaciones
comunicativas el ser humano estaría incapacitado de
comprender y transformar su
realidad. Y esas mediaciones están dadas por signos y
técnicas que componen la
cultura: herramientas, convenciones, imágenes, clase social,
escrituras, rituales, cultos,
relojes, medidas, espejos, leyes, dioses, miedos, memoria,
esperanza, instituciones.
Me comunico con alguien por
medio de palabras o gestos, me informo por medio de la
televisión o la radio, mi rol
en la escuela se da por medio de normas, me relaciono con
mis amigos por medio del
celular, me comunico con dios por medio de un ritual, me
contacto con el tiempo por
medio del reloj, puedo saber si estoy lejos o cerca por medio
del sistema métrico, me
relaciono con mi aspecto externo por medio del espejo, me
relaciono con mi aspecto
interno por medio de un ejercicio de meditación, me comporto
en sociedad por medio de
leyes, recuerdo a mis ancestros por medio de la memoria, me
vinculo con el futuro por
medio de la esperanza, me curo por medio de la medicina,
entiendo la realidad por medio
de mi marco de ideas, construyo mi marco de ideas por
medio de mis experiencias y mi
familia, tomo decisiones de consumo por medio de mis
amigos, establezco relaciones
de poder por medio de mi posición socio-económica, me
emociono ante una obra de arte
por medio de mi sensibilidad, me vinculo con el arte por
medio del lugar donde vivo, y
así hasta el infinito.
Básicamente existen dos tipos
de mediaciones, las llamadas innatas y las históricas.
Las mediaciones innatas son
las que no están sometidas a cambios sino que acompañan a la totalidad de los
humanos desde siempre, por ejemplo: capacidad simbólica, facultad lingüística,
el juego, la imaginación, la percepción del tiempo y el espacio, el imaginario
colectivo, la memoria, la narración, la
esperanza, lo sagrado, lo trascendente, la socialización.
Las mediaciones históricas son
las generadas por la cultura, dependen del tiempo y el
espacio geográfico de cada
sociedad y están condicionadas por las mediaciones innatas.
Aquí encontramos a las
tecnologías como la escritura, el libro, la imprenta, la televisión,
Internet, los géneros,
convenciones icónicas (visuales), estilos. El hombre es un hacedor
de tecnologías (mediadores),
es un Homo Faber permanente, y la comunicación es una
práctica atravesada desde
siempre y de manera sostenida por dispositivos, desde la
escritura a la campana, de la
imprenta a la computadora.
Este Ecosistema Comunicativo
cuenta actualmente con la clara hegemonía de la
comunicación visual
(comunicación icónica) por sobre la comunicación tipográfica
(comunicación escrita); porque
nuestras experiencias hoy se ligan claramente más a una
imagen que a una palabra.
4
Duch, L. y Chillon, A., Un Ser de Mediaciones. Antropología de la
Comunicación Vol. I. Ed. Herder, Madrid, 2012.
5 El concepto de “imaginario” es utilizado en ciencias sociales para
indicar la mentalidad, la cosmovisión o la conciencia de un hombre o de un conjunto
de personas que comparten esa misma forma de mirar la realidad.
La existencia de este
Ecosistema Comunicativo hace que debamos concebir la vida
cotidiana como parte de una
cultura comunicacional, incluyendo todo lo que realizamos
diariamente ya sea como
individuos o como parte de una sociedad.
Como manifiesta el sociólogo
español Manuel Castells, lo que está cambiando en nuestro
tiempo es la capacidad de
utilizar productivamente, en base al avance tecnológico, lo que
siempre ha sido la cualidad
distintiva del ser humano: el procesar símbolos.
Procesar símbolos es lo que
esencialmente hace cualquier ser humano cuando habla,
cuando piensa, cuando escribe,
cuando diseña, cuando mira televisión, cuando juega,
cuando sueña y en casi todas
sus actividades cotidianas, vivimos procesando símbolos,
somos animales simbólicos.
Lo que sucede en el siglo XXI
es que esa capacidad de procesar símbolos ha sido
potenciada de modo exponencial
por la tecnología y aplicada a la generación de riqueza a
partir del uso de las
comunicaciones a distancia o de los aparatos cibernéticos. Así por
medio del procesamiento de
información (símbolos) se hacen transacciones comerciales,
se producen bienes destinados
al ocio y el entretenimiento, se robotizan las fábricas, se
ama, se intercambia, se
interrelaciona todo el planeta.
Por esta razón es que la
tecnología de la Comunicación debe ser entendida no como un
mero dispositivo para
comunicarse sino en una nueva forma de percibir la realidad y
nuevo lenguaje, producto de
nuevas sensibilidades y nuevas escrituras.
Este ecosistema comunicativo
ha cambiado la cultura, estamos dentro de la Cultura de la
Imagen, un modo de vivir inmerso
en un ecosistema de símbolos marcados por las
emisiones televisivas, por las
películas de cine, por las filmaciones de video, por los
celulares, por los
videojuegos, por los portales de internet, por la publicidad y el
marketing.
Cada vez más las fronteras
entre saber e información, entre saber experto y experiencia
personal se van volviendo más
tenues, más difusas, porque al compartir todos el mismo
ecosistema de comunicación las
fuentes del conocimiento se van des-concentrando de su
centro escolar, se van
dispersando, y hoy ya no solo en las entidades educativas es
posible aprender y no
solamente la cultura del libro es la única legítima transmisora de
conocimientos.
El saber circula, no se
estaciona en ningún instituto especialmente dedicado a su
protección, sino que se atreve
a mezclarse con el mundo de la experiencia. Nunca en la
historia de la humanidad ha
circulado tan libremente el conocimiento como en nuestro
tiempo, ya no se encuentra
encerrado en lugares sagrados o establecidos para su
acceso. Ni la escuela es ya el
único lugar del conocimiento ni los docentes los exclusivos
poseedores del saber.
En el siglo pasado la
comunicación, entendida como transmisión de valores y de símbolos
para dar forma a un modo de
vivir, tenía clara referencia en la familia y en la escuela; en
nuestro siglo se ha insertado
un poderoso tercer protagonista: los medios de
comunicación tradicionales y
las nuevas tecnologías.
Existe aquí un problema ya que
la escuela, antes el centro exclusivo del conocimiento, y
la familia como transmisora de
valores y socialización, hoy deben competir en ese
aspecto con el centro
neurálgico del Ecosistema Comunicativo que son los medios de
comunicación, esencialmente
los medios audiovisuales. En este marco la escuela debe
dejar esa tradicional actitud
defensiva de considerarse atacada y por ende rechazar a los
medios y las tecnologías como
“malos”, para encarar una nueva etapa de búsqueda de
inclusión e intercambio con
esos otros saberes que ya han dejado de pertenecer solo a la
escuela sino que son parte del
intercambio fluido de la comunicación en nuestra sociedad.
Otro factor de cambio de las
nuevas sensibilidades que genera el Ecosistema
Comunicativo es que así como
la escuela ha dejado de ser el exclusivo espacio del saber,
la escritura y el discurso
lógico han dejado de ser la forma de comunicación más aceptada
en Occidente, la razón,
plasmada en la escritura, ya no es el factor central de nuestras
formas de comunicación, con la
aparición protagónica del mundo audiovisual las palabras
han comenzado a retroceder y
la racionalidad comparte espacio con la emoción propia del
lenguaje de las imágenes.
Pero el encuentro y el
entrelazamiento de palabras e imágenes en la comunicación de
nuestro tiempo en base a este
Ecosistema Comunicativo, no solamente ha multiplicado y
hecha mas densa la red de
informaciones y comunicaciones en base a la tecnología sino
que ha modificado las formas
de sentir y entender el mundo, ha modificado las formas y
el fondo, ha transformado las
visiones y las sensibilidades. Estamos frente a lo que Walter
Benjamin llamó nuevo
sensorium, es decir nuevos modos de sentir y percibir la realidad,
de oír y de ver nuestro
alrededor, que ha modificado el sensorium con el cual la
humanidad se manejó durante el
siglo pasado.
Reflexionemos en base a la
siguiente frase del sociólogo francés Marc Augé
“La verdad es que la imagen no
es lo único que ha cambiado. Lo que ha cambiado, más
exactamente, son las
condiciones de circulación entre lo imaginario individual (por
ejemplo, los sueños), lo
imaginario colectivo (por ejemplo, el mito), y la ficción
(literaria o artística). Tal
vez sean las maneras de viajar, de mirar, de encontrase las
que han cambiado, lo cual
confirma la hipótesis según la cual la relación global de los
seres humanos con lo real se
modifica por el efecto de representaciones asociadas con
las tecnologías, con la
globalización y con la aceleración de la historia”.
Expliquemos esta frase.
El concepto de “imaginario” es
utilizado en ciencias sociales para indicar la mentalidad, la
cosmovisión o la conciencia de
un hombre o de un conjunto de personas que comparten
esa misma forma de mirar la
realidad. El imaginario social es lo que mantiene unida a una
sociedad bajo una misma forma
de pensar y sentir.
Uno de los componentes
fundamentales del Imaginario Social son los mitos. Por ejemplo
el mito de que los jóvenes son
revoltosos y rebeldes, o que las mujeres son más débiles
que los hombres o que los
disciplinados son más estudiosos, o que el nosotros es más
valioso que el ellos. Al
formar parte del imaginario social los mitos organizan el
comportamiento de los grupos,
porque se consideran “naturales”, perdiéndose de vista
que ese imaginario, que esos
mitos, son construcciones socioculturales. Por eso para
cambiar esos mitos del
imaginario debe primero modificarse las prácticas sociales, y eso
es lo que ha pasado con los
cambios operados en la comunicación y sus prácticas.
Si el imaginario es un
conjunto de significaciones que permiten organizar la realidad y
hace que los miembros de una
sociedad coincidan y acepten una serie de premisas
(mitos), ese imaginario afecta
nuestras emociones y nuestros deseos.
Así sucede con nuestra visión
del cuerpo. Hoy la visión colectiva, nuestro sensorium, en
relación al cuerpo se ha
modificado, se ha ido aligerando en base a los cambios de las
prácticas sociales, a la
ampliación de libertades, al avance de la superficialidad y el
predominio de lo visual. Del
mismo modo ya no se sostiene la idea de que un “buen
estudiante” es un joven
“disciplinado”, ya que el modelo de buen estudiante se vincula hoy
también con la creatividad y
la sensibilidad.
Por eso al cambiar la práctica
social de la comunicación se ha modificado el imaginario
social o personal y eso es lo
que nos dice Augé, y es que en medio de este Ecosistema
Comunicativo marcado por la
ruptura del monopolio de la palabra y de la racionalidad en
base a las novedades de la
circulación de saberes y la imagen, se han modificado
también las formas personales
y sociales de ver el presente y el futuro, los sueños
personales y los mitos
sociales, las creaciones culturales, las formas de ver y de
vincularse entre los seres
humanos. Lo que ha cambiado es mucho más que una forma
de comunicarse entre las
personas, porque la centralidad del acto de comunicación en la
naturaleza humana es tan
importante que hace que ese cambio represente una
transformación general de
nuestro sensorium, de nuestra visión del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.