SOCIOLOGIA
SEGUNDO TRABAJO
PRÀCTICO
FECHA DE ENTREGA: 27 DE MAYO DE 2021
PF: PEREZ, Ana Laura
Mail de contacto: laliperez@hotmail.com
Fecha de entrega: Miércoles 14 de Abril de 2021
1. Leer el texto que se encuentra a partir de la segunda página
2. Buscar las palabras en el diccionario que no comprendes.
3. Observa los siguientes videos:
https://youtu.be/uBbsrJa_x9E (Origen de la Sociologìa)
https://youtu.be/eO5rwW8rumU (Què es la sociologìa y què estudia)
4. Con el texto y los videos vistos, explica con tus palabras cual es el origen de la Sociología y qué estudia la misma.
Qué es la sociología? Responder a esta
cuestión ha creado controversia incluso entre los mismos sociólogos. Y es que
lo que aparentaría ser una pregunta sencilla, alude directamente al vasto
complejo social que son nuestras sociedades. Se trata de una disciplina
heterogénea dedicada al análisis de la vida social humana. Ante tan
extenso objeto de estudio, se han desarrollado numerosas teorías, muchas de las
veces contradictorias, con las que se han tratado de explicar las relaciones
entre el individuo, la cultura y la sociedad. Ello la vuelve necesariamente un
campo de estudio multidisciplinar, lo cual ha enriquecido enormemente su corpus
teórico, demostrando que las relaciones entre los individuos y el medio en el
que viven no pueden reducirse a un único paradigma. Y esta, es precisamente una
de las características más importante de la sociología, que se mantendrá a la
hora de abordar cualquier fenómeno social: la perspectiva crítica y analítica.
La sociología parte de la base de que lo que consideramos como el orden
natural de las cosas, responde muchas de las veces a procesos de
índole histórico-social que, en forma de convencionalismos, interactúan con los
modos de hacer y pensar de los individuos que se enmarcan en poblaciones
concretas.
Así pues, lo que se conoce como punto
de vista sociológico no es otra cosa que una actitud de sospecha ante
la realidad que se presenta como natural. Consiste en tratar de desenmarañar
desde una posición de distanciamiento las dinámicas que afectan al
comportamiento social, cuestionando aquello que se da por sentado. La sociología,
por lo tanto, requiere de descreimiento, de ampliar el horizonte de
perspectivas, debiendo en ocasiones de renunciara aquello que parece más fácil
de creer, porque precisamente es eso lo que se pone en cuestión: que nuestro
propio punto de vista esta mediatizado por lo que se conoce como entorno
socializador o proceso de socialización. Es decir, por una parte,
investiga la forma en que como los agregados y las entidades sociales (la
familia, el sistema educativo, la religión, la ciencia, las empresas, etc.)
influyen el comportamiento de las personas, en sus manifestaciones culturales,
en sus sistemas de creencias y valores; y, por otra parte, como estas mismas
personas con su comportamiento influyen en los procesos de participación y
cambio social. Por ello nos encontraremos con estudios sociológico que van
desde las migraciones, el trabajo, desigualdad y exclusión social, hasta el
comportamiento político o la participación en grupos. Por supuesto este
entorno socializador es muy complejo y en el influyen muchas dinámicas, pero
como veremos, proporciona una estructura que, si bien no determina a los
individuos a comportarse de una manera concreta sin apenas escapatoria ni
voluntad propia, condiciona sobremanera su forma de mirar el mundo.
Ahora bien, antes de entrar en materia, es
necesario realizar un recorrido por el origen de la sociología, para comprender
el porqué la sociedad se convirtió en un objeto de estudio. Si bien
el razonamiento sociológico es previo a la aparición de la sociología, es
posible situar su constitución como disciplina en un periodo histórico muy
concreto: las revoluciones políticas que se sucedieron en la Francia del
convulso siglo XIX a raíz de la Revolución Francesa de 1789. A pesar de
los efectos positivos derivados de las mismas, el caos y el desorden
resultante, especialmente en las grandes urbes francesas, atrajeron la atención
de numerosos escritores, siendo la reinstauración del orden social uno de los
principales objetivos. Muchos pensadores ponían el foco en la Edad Media, con
idealizaciones y vueltas al comienzo. Otros, más conscientes de la
imposibilidad de retornar, trataron de teorizar acerca de la cuestión del orden
social desde bases más sofisticadas. Así pues, Émile Durkheim, a quien se le
otorga el título de padre fundador de la sociología, propuso lo que
constituyó una de Las reglas del
método sociológico (1895): un hecho social se explica a través de
otro hecho social. Es decir, estudiar los hechos sociales como si fuesen cosas.
Y así lo hizo con su estudio sobre El
Suicidio (1897), donde demostraba que este fenómeno tan
aparentemente individual era producido por causas sociales, antes que puramente
psicológicas. Así lo hizo también con otra de sus obras más reconocidas: La división del trabajo social(1893),
en la cual analizaba la división social con un hecho social que coacciona al
individuo, introduciendo su famosa distinción entre solidaridad
orgánica y solidaridad mecánica. Con estos conceptos trataba de analizar
como influyó en las dinámicas y procesos sociales otro de los factores que
marcaron la sociedad de su tiempo: La Revolución Industrial.
El proceso de industrialización, la
pérdida de los valores tradicionales, el hacinamiento en las ciudades hará
que escritores, intelectuales y artistas comiencen a poner el foco en su
entorno más próximo. El mundo occidental se transformaba, y el paso de un
sistema agrícola a otro industrial tuvo consecuencias demoledoras en las
condiciones de vida de numerosos individuos, que tuvieron que abandonar los campos
para ocupar un puesto en las fábricas industriales. Con el naciente sistema
capitalista, unos pocos obtenían inmensurables ganancias, mientras que la
mayoría trabajaba a destajo por un bajo salario. Así las cosas, no tardaron en
seguirse las reacciones contrarias, y las malas condiciones de las fabricas
fueron caldo de cultivo para la constitución del movimiento obrero y la
aparición del socialismo y el marxismo, aparejadas con un tono de denuncia ante
las diferencias sociales o el cinismo de la nueva burguesía. Este contexto
provocó también la producción de numerosos escritos feministas,
que, aun cuando ya existían teorizaciones acerca de la subordinación de la
mujer, encontraron un punto álgido tras las revoluciones americana y francesa.
A pesar de que entre ellas se encontraban reconocidas teóricas que influyeron
en el desarrollo de la teoría sociológica como Charlotte Perkins Gilman,
Harriet Martineu, o Beatrice Potter Webb, sus preocupaciones fueron descartadas
por los hombres que se constituían como el poder principal de esta profesión,
marginando el feminismo por intrascendente, de manera que sus teorizaciones
tuvieron que esperar a los años venideros para recobrar la fuerza originaria.
Así pues, figuras como Karl Marx, Max
Weber, el citado Emile Durkheim o George Simmel, se convirtieron en los
principales artífices de lo que hoy entendemos como sociología, sentando las
bases para la ingente cantidad de doctrinas posteriores con las que se
trataría de explicar las consecuencias de los cambios experimentados en la
sociedad, poniendo el foco en los procesos de urbanización y la
transición demográfica, en los cambios religiosos suscitados por las
revoluciones políticas, la Revolución industrial y el hacinamiento urbano, o
las implicaciones de el crecimiento de la ciencia y el progreso. Si bien todos
los pensadores reconocían los problemas de la naciente sociedad, la mayoría de
los primeros teóricos, como Weber o Durkheim, se opusieron al socialismo,
comenzando un debate que aún permanece abierto: ¿es posible encontrar una
reforma social desde dentro del capitalismo, o es más conveniente apoyar la
revolución social que proponía Marx? Como veremos, muchas de las propuestas
sociológicas reaccionaran la una frente a la otra en este sentido.
Por otra parte, el proceso de urbanización
provocó una emigración masiva a las grandes ciudades industriales,
lo que produjo una serie de problemas que antes eran inexistentes: la
contaminación, la masificación, el ruido, el tráfico, la criminalidad creciente
de la urbe, etc. Se conforma así en torno a la esta preocupación la primera y
escuela sociológica: la Escuela de Chicago, que convirtió la ciudad
en un auténtico laboratorio sociológico. Dentro de este laboratorio, otro de
los aspectos más teorizados en los comienzos de nuestra disciplina, fue el
cambio religioso producido por los cambios sociales. Así Weber, Durkheim, o
Marx se mostrarán interesados por las religiones del mundo o por cómo estas
influían en el comportamiento de los individuos. Por otra parte, el hecho de
que muchos teóricos hubiesen recibido una educación religiosa influyó en muchas
de sus obras, pretendiendo con la sociología lo mismo que la religión:
mejorar la vida de las personas. Fue el mismo Comte quien concibió a la
sociología de una forma extraordinaria. La planteó cómo única ciencia capaz de
ofrecer un plan magno de reorganización social, como La Ciencia que aunaba a
todas las demás. En consecuencia, soñaba con que los sociólogos serían
los sumos sacerdotes de una sociedad cuyo calendario sustituiría
los nombres de los santos por el de los hombres de ciencia que habrían de regir
el mundo. Ello ponía de manifiesto que nos encontramos frente a un cambio de
paradigma, y todo el corpus científico realizará un viraje hacia la realidad
tangible contraponiéndose al idealismo y convirtiendo al individuo y la
sociedad en un objeto susceptible de estudio. El origen de las especies y la
teoría de la evolución darwiniana descienden también con Herbert Spencer a los
análisis sociales, y la sociedad pasa a ser concebida como un escenario
dominado por la supervivencia del más apto. El positivismo filosófico comienza
a extenderse con Auguste Comte por todos los ámbitos de las ciencias, en
contraposición con las proposiciones de Rousseau o Voltaire, a los que el sociólogo
achacaba la anarquía reinante en la sociedad. Lo real, útil, cierto, preciso,
constructivo y relativo debía sustituir al esencialismo, sin teorizaciones
abstractas ni hipnotismos.
Hoy en día resultaría pretencioso seguir
pensado la sociología al modo de Comte; sin embargo, debe reconocerse que la
disciplina y la metodología que inició nos permiten comprender mejor el
mundo en el que vivimos, tal y como intentaremos desgranar en las entradas.
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